“Arte es Arte independientemente del medio, soporte o conceptos que este proceso involucre.”
Podríamos decir que el arte digital es utilizar el lenguaje o los lenguajes de la computadora para crear como si estuvieras creando con arcilla, sin trabas específicas. Uno cuando piensa en la computadora piensa muchas veces o asume que la computadora tiene muchos límites. O muchas estructuras prefabricadas, y las tiene, por que normalmente utilizamos software que tienen menúes específicos que uno tiene que encontrar pero cuando uno esta trabajando va creando, armando como si estuviera armando con ladrillitos o algo así, es decir armando sus propias estructuras mas básicas y eventualmente junta varias estructuras básicas entre si y obtiene una estructura mas compleja etc. Y va creciendo de esa manera así que es tan flexible o más flexible que cualquier material creativo. “La emoción que el arte despierta en nosotros se basa en lo que conocemos y es el arte digital justamente un escape hacia una nueva dimensión en el arte tradicional que desencadenará quiérase o no en la llegada del arte hacia un mundo nuevo, hacia una nueva era.” [1]
El arte digital nace como una consecuencia de la revolución tecnológica del último siglo, como un renovador producto de la alianza entre reacción estética y creación tecnológica. “Con la evolución y expansión de las nuevas tecnologías digitales, se ha generado todo un cambio en los llamados ambientes de información, pasando de fuentes basadas en lo material, donde la producción audiovisual tenia como finalidad representar una realidad; a fuentes digitales de información, con técnicas y representaciones inmateriales”. Qvortrup sostiene que la tecnología digital se adecua por su condición interactiva para articular este cambio en las formas de arte. “Los medios digitales nos ofrecen nuevas vías para observar la sociedad, y en lugar de analizar el arte digital dentro de un contexto únicamente tecnológico, este debe ser analizado dentro de un contexto histórico-artístico” (1998, p. 2). Cabe decir que aun cuando se desconoce, a ciencia cierta, el impacto que la Revolución Informática tendrá en las estructuras sociales, los cambios en la forma de vida son comparables a los que produjo la Revolución Industrial. Resulta claro que ya podemos encontrar parte de sus reflejos en una inmensa cantidad de objetos artísticos, tanto virtuales como reales, producidos por el hombre de los albores del siglo XXI, con la misma herramienta con la que el hombre prehistórico logró sobrevivir en un ambiente sumamente hostil: la creatividad.
Las prácticas artísticas rápidamente vieron la potencialidad de adoptar este nuevo formato tanto para la creación de obra directamente relacionada con el medio y gestionada informaticamente, como para la difusión en línea de producciones más tradicionales como la pintura, grabado, dibujo o escultura, uno de los atractivos mas atrapantes para la difusión de la obras es que nada de lo que se monte en la red tiene un lugar específico más que el lugar donde se aloja el archivo en primera instancia, y éste no es percibido por quien navega la red, pero esto significa también que cualquier lugar es también todos los lugares, y de esta manera, al poder estar igualmente en Latinoamérica como en Asia, y que todo se encuentre en el mismo nivel de alcance, se generan nexos interculturales que antes eran impensados. Pero hay que tener en cuenta que por más grandes que sean los progresos siempre sorprendentes de la tecnología, la realidad será heroicamente siempre infinitamente más compleja, contradictoria, imprevisible e inexplicable que su simulación desde una computadora.
El proceso digital nos da la posibilidad hacer y deshacer uno o múltiples pasos en el transcurso de la actividad, nos obliga en casi todo momento a tomar decisiones y a una mayor reflexión, pues nos encontramos en un laberinto de posibilidades, donde siempre debemos buscar una salida.
Para empezar, podríamos hablar de lo que es el soporte multimedia y el hipertexto. Las posibilidades de difusión e intercambio de obras en múltiples formatos hacen que cualquier página web o software para la comunicación interpersonal pueda convertirse en un soporte multimedial que cada vez acota más sus límites. Esto ha dado el pie para un buscado circuito alternativo de arte donde se han generado nuevas galerías artísticas que tienen como único soporte la red, grandes comunidades de artistas que comparten obra e información útil, y eventos artísticos de todo tipo que, al existir ahora los medios posibles, pueden tener lugar exclusivamente en el ciberespacio.
Otro elemento tiene que ver con la desterritorialización de la red. Así existe como la posibilidad de montar en la red todo tipo de obras en sus diversos formatos dentro del gran circuito de difusión artística que se fue formando, la misma permite que ese montaje pueda a su vez tener lugar en cualquier lugar del mundo.
A su vez, el tener alcance a un enorme espectro de posibilidades para la recepción y la difusión de información sin moverse de la computadora que nos permite “estar ahí” sin realmente estarlo, nos hace considerar la posibilidad de una progresión a lo sería un “arte a domicilio”[2]
La ausencia de posición fija provocada por estas características, generan una reformulación de la concepción tradicional de espacio vinculada a un lugar geográficamente establecido. Pierre Lévy[3] define a la virtualización como “unidad de tiempo sin unidad de lugar”
El concepto de no-lugar es desarrollado por De Certeau[4] para designar la ausencia de lugar generada en un espacio multicultural y globalizado. La coexistencia de múltiples identidades suprime las identidades locales en pos de una identidad compartida, marcada por el anonimato y la soledad de las relaciones sociales. El no lugar es compartido simultáneamente por numerosos individuos que se entrecruzan anónimamente en un espacio pleno de cruces de caminos, focos de acontecimientos y caudales de flujos de circulación.
El no-lugar se mide en unidad de tiempo, es un espacio que no posee univocidad ni estabilidad; por el contrario, es móvil, dinámico y alterable debido a la pluralidad de direcciones designadas, la rapidez de las conexiones y la simultaneidad temporal. Tales características vinculan la noción de no-lugar con la operación de desterritorialización al introducir la idea de un espacio medido únicamente a través del tiempo, simultáneo y deslocalizado.
Conclusiones
La conexión al ciberespacio establece una forma de comunicación que traspasa los límites territoriales y suprime las fronteras al desterritorializar la información que circula en el espacio virtual de Internet.
La diferencia en los nuevos medios de comunicación y más específicamente en la imagen digital es la ruptura de la linealidad espacio-temporal donde se modifica la relación entre autor-espectador asumiendo este último un papel activo. Esta actividad tiene que ver con la elección de posibilidades ya que la obra se presenta como un espacio abierto y en continuo crecimiento.